LA FAUNA QUE NOS RODEA (GUIRILANDIA)
Estos seres que suelen deambular por los centros históricos de las ciudades o por las playas es fácil reconocerles por su frecuente color rojizo de piel que destaca sobre esas cabelleras rubias que suelen tener y la extraña forma de hablar y de vestir.
Hablan en un idioma dificilísimo, cosa extraña pues con lo bien que se entiende el castellano como les habrá dado a estos por hablar así.
Visten se puede decir que distinto, sobre todo si nos fijamos en sus pies y su peculiar forma de combinar sandalias y calcetines sin pasar vergüenza.
No son peligrosos y su comportamiento no suele ser malo pero estorban. Siempre están en el medio parados o bien mirando hacia arriba o intentando comprender algún letrero o investigando mapas.
Suelen ser objeto de robos de carteras, estafas, clavadas en bares y restaurantes, bromas, y de cualquier especialidad española a las que no están demasiado acostumbrados.
Cualquier persona que lleve un negocio referente al turismo les adora por que suelen disponer de bastante dinero.
Es fácil alegrar a un guiri, simplemente ofreciéndole paella, toros o flamenco.
En playas se dejan ver principalmente en verano pero en el interior van apareciendo poco a poco durante todo el año.
Una cosa te quiero advertir, aunque te creas libre de ser un guiri de estos estás muy confundido por que en el momento que eres tu el que va al pais de origen de uno de estos entonces es cuando te conviertes en uno de ellos y aunque tu no te des cuenta se te notará en la cara por mucho que lo intentes disimular y entonces el que vestirá raro y estorbará serás tu.
FOTO: ReindedortEtiquetas: La Fauna que nos rodea
2 Comments:
A mi de todas formas me parece estupendo encontrarme a guiris dejándose las pelas por aquí aunque hay un grupo de guiris que no me molan nada, son esos que solo vienen por la juerga, a emborracharse y liarla buena, que asco me dan.
Es que hace unas horas me he encontrado en el centro de Madrid con un grupo de cuatro italianos que se merecían una buena paliza.
El guiri, un mal necesario :-).
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