LA FAUNA QUE NOS RODEA
Paseantes Domingueros (4)
Esta especie que abordamos hoy no la hemos seleccionado ni por lo peligrosa, ni por molesta, simplemente por graciosa y vistosa.
Casi siempre la verás los domingos y por el mismo sitio. Cada ciudad dispone de un paseo donde se exhiben estos ejemplares (siempre calles céntricas).
La edad que comprenden suele ser de 45 para arriba. Su forma de actuar siempre es la misma. Requiere una preparación y un protocolo. Esperan a ducharse ese día de la semana, se engalanan bien con el traje o el abrigo de pieles del que disponen. Lo pasan mal en verano pues llevarlo con 40 grados es un poco molesto y exhibirse sin él no merece la pena.
Salen de casa, (suelen salir en familia) y van a misa (lugar de encuentro de todos los abrigueros como si de una concentración tunning se tratara), donde se dan envidia y cotillean los unos con los otros.
Una vez salen de allí se dirigen todos a la calle por donde pasean (en cada ciudad hay una) y vuelven al redil a comer.
No son peligrosos, no molestan, tienen su circuito cerrado. Son graciosos y su única intención es exhibir su traje, su abrigo y su familia para dar envidia al resto de paseantes una mañana a la semana.
En verano y en las fiestas de la ciudad se reproducen como conejos.
Esta especie que abordamos hoy no la hemos seleccionado ni por lo peligrosa, ni por molesta, simplemente por graciosa y vistosa.
Casi siempre la verás los domingos y por el mismo sitio. Cada ciudad dispone de un paseo donde se exhiben estos ejemplares (siempre calles céntricas).
La edad que comprenden suele ser de 45 para arriba. Su forma de actuar siempre es la misma. Requiere una preparación y un protocolo. Esperan a ducharse ese día de la semana, se engalanan bien con el traje o el abrigo de pieles del que disponen. Lo pasan mal en verano pues llevarlo con 40 grados es un poco molesto y exhibirse sin él no merece la pena.
Salen de casa, (suelen salir en familia) y van a misa (lugar de encuentro de todos los abrigueros como si de una concentración tunning se tratara), donde se dan envidia y cotillean los unos con los otros.
Una vez salen de allí se dirigen todos a la calle por donde pasean (en cada ciudad hay una) y vuelven al redil a comer.
No son peligrosos, no molestan, tienen su circuito cerrado. Son graciosos y su única intención es exhibir su traje, su abrigo y su familia para dar envidia al resto de paseantes una mañana a la semana.
En verano y en las fiestas de la ciudad se reproducen como conejos.
Etiquetas: La Fauna que nos rodea
5 Comments:
¿De verdad que no son peligrosas? Es que a mi no me inspiran ninguna confianza, si las veo por la calle me cruzo de acera para no cruzarme con ellas.
Lo de los 45 para arriba me ha llegado al alma....me queda poco tiempo para vestirme con un abrigo de astrakan y pasera por El Espolon¡¡¡¡¡
Aaaay, a mi tambien me queda poco para el apriguito de pelos!!
Y peligrosas si son, que alguna casi me ha mordido sólo porque voy paseando a mi perra.
Valeeeee, son peligrosaaas, pero si yo lo hacía para no alarmar a la sociedad.
A lo de la edad tranquilos, todos nos vamos acercando, no es obligatorio comprarse un abrigo de zorrón.
Venga todos a pasear por el espolón.
home por favor que son peligrosas!!!! y groseras, dueñas de la calle, agarradas del brazo son como una murralla infranqueable, mirada desafiante para ver quién se apartará antes, al final sempre me aparto yo. un spray viene muy bien para poner de mala leite a las abrigueras
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